P. Diego Reflexiona Sobre Su Participacion en una Minga en El Salvador
Entre el 21 de julio y el 1 de agosto el Padre Diego Irarrázaval, C.S.C., visitó El Salvador para vivir una experiencia colectiva de servicio, de formación y de fe. Fue vivir una Minga de Teología Narrativa de la Liberación como una peregrinación a Tierra Santa, a Nuestra-Tierra-Santa aquí en América Latina visitando lugares que sellaron para siempre la entrega de los pueblos por la fe, la esperanza y el amor. A su regreso, el Padre Diego nos compartió la siguiente reflexión:
Ha sido una conmovedora peregrinación junto a la martirizada población salvadoreña. Agradezco el interactuar con líderes de comunidades de 17 países, en el poblado Nueva Esperanza y en hogares que comparten amistad y la sabrosa alimentación. Así culminan tres años de pre-mingas y de incesante comunicación digital. La juventud está inventando narrativas y celebraciones de liberación. Es una de varias maneras de regenerar caminos teológicos en América Latina y el Caribe.
Todo lo vivido es para mí como un inmenso regalo del Espíritu de Jesús encarnado y resucitando en cada pueblo. En el territorio de San Romero de América, hemos llorado, orado, dialogado y reclamado que haya justicia con paz. Durante una semana se han socializado experiencias e iniciativas, con mucha música, amabilidad y reflexión. Hemos disfrutado preguntas que desinstalan, silencios para impugnar la maldad y pequeñas propuestas. El planeta y la humanidad exigen respeto, ternura y acciones mancomunadas.
Entre quienes participamos en la Minga Continental y en la Escuelita de teología llamada Bendita Mezcla hay muchísima esperanza y confianza para avanzar juntos. A mi parecer, urge continuar delineando rutas pascuales, luces comunitarias y unas sabrosas sabidurías. Urge confrontar maldades en el día a día, consensuar alternativas desde lo pequeñito hasta lo mundial y renovar la labor teologal gracias a nuevas
generaciones con sus exigencias y alegrías contagiosas.
Con E. Meana vamos cantando:
“El camino de la verdad es desconcertante,
una santa inseguridad, búsqueda constante.
El Espíritu sopla siempre donde quiere,
sólo el amor descubre el camino,
como dice tu propia historia,
tu verdad es ser peregrino.
El camino de la verdad precisa silencio,
para escuchar voces en el viento.
Acallar la palabrería, querer oír.
No huir del Dios que está hablando,
si escuchas hondo en tu alma,
un camino te está esperando.”